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Cómo ayudar a alguien que está en una secta

PostPosted: 17 Dec 2010
by diwali
Es usual hoy hacer mención a “patologías colectivas” que desvían el progresivo curso de nuestra sociedad; si depender de una secta es una tendencia creciente producto del hedonismo, egocentrismo, frustraciones reiteradas o falta de proyectos de vida, pues entonces reconsideremos retomar el cauce relacional, evitaremos así las consecuencias y las causas. Cada familia, cada medio vincular, es un mundo cuya proyección hace al mundo social.

“Cómo ayudar a alguien que está en una secta” es una búsqueda reiterada en Internet que continúa marcando la necesidad de generar espacios de información para ese “alguien” que podría ser tu hermano/a, tu padre, tu madre, tu hijo/a, tu compañero/a, tu pareja, tu amigo/a.

Si tomamos conciencia que toda grupo-dependencia impide vivir la vida, la orientación y redefinición de relaciones es un deber, porque delimitaremos la encrucijada de la dependencia y porque “el peligro fundamental de estos grupos es contra el valor supremo de la vida humana” – Paz y Miño.

Las indicaciones o pautas de carácter general se sumarán siempre a las necesarias para cada caso en particular, para encontrar respuestas a cada vivencia, como si se preparara un plan de acción guiado exclusivamente por el interés, dedicación y confianza en la resolución.

Preguntas de índole general, a modo de una auto-entrevista realizada en absoluta sinceridad, dirigida al medio vincular del sujeto grupo-dependiente, permitirán cierta reflexión sobre la relación previa, anterior a la vivencia de dependencia y necesaria para sabernos partícipes de la relación que deseamos retomar; cuestionamientos y respuestas que a su vez orientarán en la tarea:

•¿Conocimos y conocemos sus metas – objetivos – personales?
•¿Cuáles eran sus valores? ¿Mantiene los mismos?
•¿Cómo se integraba al entorno? ¿Compartía?
•¿Era afectuoso/a y demostrativo/a? ¿Nosotros?
•¿Cuáles eran sus demandas?
•¿Conocemos sus necesidades y deseos?
•¿Qué le provocaba alegría?
•¿Qué tipo de actividades disfrutaba? ¿Música, deporte, lectura?
•¿Qué tipo de decisiones personales importantes tomó anteriormente?
•¿Cuánto tiempo hace que nos dimos cuenta de la situación?
•¿Nos preocupa o avergüenza?
•¿Abandonó estudios o trabajo? ¿Nos informó?
•¿Los cambios fueron rápidos o de manera gradual?
•¿Responde a nuestras inquietudes?
•¿Nos sentimos defraudados o decepcionados?
•¿Podríamos hacer una descripción de su personalidad?
•¿Pensamos que siempre fue una persona dependiente?
•¿Sabemos cómo es/era su día? Horarios, alimentación, amistades, salidas, horas de sueño, etc.

Si luego de las observaciones consideramos que perdió su libertad, de pensamientos y sentimientos, y se instauró el resentimiento hacia todos, (fundamentalmente hacia uno mismo) es el momento de iniciar un accionar conjunto, recordando que no hay mejor camino que el se emprende en demostración amorosa efectiva. Es importante resaltar que siempre podrá lograrse un acercamiento, si estuviera a punto de ser trasladado/a por alguna “misión” del grupo, será la mejor oportunidad. Si no se logra nos llegaremos, buscaremos, y lograremos el contacto, sin argumentar nada hacia el grupo, simplemente empleando el más válido de los argumentos: nuestro amor, nuestro respeto hacia su individualidad, nuestra voluntad de colaborar en su felicidad, nuestra necesidad de saciar la verdad.

En algún momento el beneficio de la duda sobre la dependencia generada movilizará la revinculación; los familiares, amigos o allegados siempre depositan la responsabilidad exclusivamente en el grupo o en la persona que está en la secta; si bien en ocasiones (según las características del grupo) es mayor la influencia para inducir dependencia, el ingreso y la concurrencia se comparten. Esto es una aclaración válida para que el medio concentre sus esfuerzos en la persona que los preocupa; cuando lo hacen, la devolución, el “retorno o regreso del que fue” (frase que se comparte e identifica en la solicitud de ayuda) se esperará.

La libre decisión de participar en grupos (religiosos, seudo religiosos, de meditación, filosóficos, sectarios, de auto ayuda u otros) no implica que debamos comenzar a orientar ni que esa participación incluya dependencia; también es oportuno aclarar que no siempre se depende de una secta.

Si un niño pequeño colocara varias cajas, una detrás de la otra y las empujara, jugaría con ellas como si fueran los vagones de un tren, entremezclando las imágenes que él ha adquirido previamente de los trenes; traslademos esto a la situación de grupo-dependencia para comprender que todo sujeto conserva las “imágenes” de su historia vincular. Toda acción colaborará para que el sujeto grupo-dependiente pueda volver a la realidad de sus verdaderos vínculos; con el tiempo la privación de “su legitimidad”; se observará como un hecho más del pasado; el poder decidir el intento está en nuestras manos.

Mara Martinoli

Fuente de información: APG ARGENTINA

Diez errores típicos sobre las sectas

PostPosted: 17 Dec 2010
by diwali
1 Pensar que a lo largo de los siglos siempre ha habido sectas no debe hacernos olvidar que las sectas contemporáneas presentan muchos elementos nuevos:

•Utilización de Estados con legislación permisiva a modo de refugio,
•Enormes medios financieros,
•Sofisticados medios de manipulación, temática contemporánea.

2 No hace distinciones entre los grupos de captación, cuando en realidad, la temática, los objetivos y los peligros difieren mucho de un grupo a otro.

3 Creer que les reconoceremos por sus excentricidades, por su aspecto extravagante, cuando en realidad las sectas más peligrosas son a menudo las que se presentan con un aspecto racional e integrador.

4 Pensar que es el contenido lo que define a una secta, cuando en realidad son los métodos de captación, la intolerancia, la influencia sobre sus adeptos y los objetivos no declarados lo que las definen.

5 Creer que estos grupos juegan limpio, cuando en realidad utilizan la formación, la terapia, la ecología, la ayuda humanitaria, la religión. como tapaderas para venderse mejor.

6 Creer que los adeptos son gente simple o desequilibrada, cuando en realidad muchos de los que son manipulados mentalmente son personas perfectamente equilibradas, pero a menudo más vulnerables debido a circunstancias de la vida (pérdida de un ser querido, crisis moral, fracaso sentimental, problemas laborales, enfermedades graves o convalecencia prolongada…). Hay que subrayar que entre la clase acomodada y cultivada, este problema afecta más a menudo a los científicos y los técnicos que a las gentes de letras y a los filósofos, dado que por su formación están más acostumbrados a “relativizar” las diversas doctrinas.

7 Pensar que los adeptos carecen de ética, cuando en realidad la ética es una de las motivaciones para la adhesión, aunque esté orientada y subordinada al sometimiento al grupo.

8 Subestimar el poder de las sectas, cuando en realidad pueden llegar a infiltrase en cualquier medio, en cualquier país, en cualquier círculo de poder y en cualquier órgano de decisión.

9 Creer que uno es inmune a las sectas, cuando en realidad cada uno de nosotros es manipulable.

10 Creer que la vía represiva es suficiente para minimizar la influencia de las sectas, cuando en realidad el combate comienza sobre todo por la prevención, la información, la formación y la educación.

Fuente de información: http://www.redune.org

COMO ELEGIR UN TERAPEUTA PROFESIONAL

PostPosted: 17 Dec 2010
by diwali
Antes de decidirse a iniciar un tratamiento alternativo, siga estos consejos:

•Asegúrese de que el terapeuta en cuyas manos se va a poner, posee la formación adecuada.Infórmese sobre qué titulación tiene,los estudios que realizo y el tiempo que lleva ejerciendo.

•Algunas disciplinas cuentan con asociaciones que regulan la formación de los terapeutas y llevan un registro de profesionales.Es recomendable que la persona que elija esté inscrita en algún registro público y que la asociación disponga de un sistema de reclamaciones y sanciones disciplinarias.

•Concrete con el terapeuta cuánto le va a costar a corto y largo plazo el tratamiento,y el número de sesiones que va a necesitar.Pregúntele si le cubre un seguro de indemnización en caso de negligencia.

•La empatia y la confianza con el terapeuta son esenciales para el éxito del tratamiento.Evite profesionales con quienes no se sienta a gusto.No se fie de los que hablan maravillas de los tratamientos que imparten.Desconfie más de aquéllos que insisten en que abandone su medicación convencional sin consultar antes con su médico.

Fuente de información: http://www.redune.org